Doble rasero: Mauricio Vargas
Por: Mauricio Vargas | 2:14 a.m. | 04 de Octubre del 2010
Mauricio Vargas
El fallo del Procurador contra Piedad Córdoba no ha sido criticado por su material probatorio, sino por el supuesto sesgo de quién lo emitió
El procurador Alejandro Ordóñez ha recibido una paliza por el fallo que emitió contra Piedad Córdoba
Una paliza ha recibido el procurador Alejandro Ordóñez por el fallo que emitió contra la senadora liberal Piedad Córdoba y que implica su destitución y su inhabilidad para ejercer cargos públicos por 18 años. La decisión de Ordóñez, basada en una completísima investigación que concluye que la senadora extralimitó sus funciones de mediadora con las Farc y se convirtió en consejera de ese grupo terrorista en varias esferas, no ha sido criticada por su material probatorio, sino por el supuesto sesgo del jefe del Ministerio Público contra ella.
Nunca me han gustado las posturas requetegodas del Procurador con respecto al tema del aborto. No las comparto y siempre estaré en desacuerdo con lo que opina al respecto, como lo he dicho varias veces en esta columna y en otros medios. Pero eso nada tiene que ver con la valoración de las pruebas que recopiló contra Piedad Córdoba. Los correos electrónicos de los archivos de computador de Raúl Reyes -validados por la Interpol- apuntan a que, entre otras, la senadora impulsaba una asamblea constituyente para sacar a Álvaro Uribe del poder e instalar un régimen en el que las Farc fueran protagonistas centrales. ¿Cuántos 'parapolíticos' han sido merecidamente condenados por haber firmado con Salvatore Mancuso y otros asesinos un documento que buscaba refundar la patria? ¿Qué tan diferente es eso con lo que hacía Piedad Córdoba?
Hace meses, cuando conocí el pliego de cargos de la Procuraduría contra la senadora, me estremeció que otros correos indicaran que les aconsejaba a las Farc que no liberaran a Íngrid Betancourt porque se quedarían sin su rehén más significativo. Ahora, el fallo aporta nuevos elementos en la misma dirección. Eso, con todo respeto con la senadora y su ejército de defensores, es asesorar a criminales en un crimen atroz -el secuestro de un ser indefenso- para hacerlo aún más atroz.
Todo eso lo hace, según los correos, Teodora Bolívar. Claro que Piedad Córdoba niega que ella sea Teodora Bolívar. Pero la investigación de la Procuraduría demuestra que hay una gigantesca coincidencia entre los viajes de Teodora y los de la senadora, lo mismo a Caracas que a Estados Unidos. Con menos de la mitad de estas pruebas, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia ha mandado años a la cárcel (repito, merecidamente) a 'parapolíticos'.
Y hablando de la Sala Penal, la semana pasada declaró inocente al senador tolimense Carlos García después de mantenerlo preso en La Picota durante varios meses. García fue detenido, su imagen enlodada y su familia sumida en la desesperación y la vergüenza por cuenta de un testigo que aseguró que el senador había hecho pactos con los paramilitares de su región. Cuando ese testimonio apareció, muchos medios de comunicación plantearon dudas sobre su credibilidad.
Había contradicciones evidentes entre ese testigo y otros, las fechas no cuadraban y nada indicaba que García se hubiese favorecido electoralmente del supuesto apoyo paramilitar.
Aun así, la Sala Penal lo encarceló y les hizo un daño irreparable a él y a los suyos. Si, como es de suponer, el senador demanda al Estado por daños y perjuicios, ¿quién pagará la cuenta? ¿Nosotros, los contribuyentes? ¿O deberían pagarla los investigadores y magistrados que, a pesar de tantas y tantas dudas, le dieron credibilidad al testigo? Y otra pregunta: ¿por qué el doble rasero de satanizar al Procurador que produce un fallo basado en pruebas, y guardar silencio frente a la Sala Penal, que le regaló una larga temporada en prisión al senador García, sin tenerlas?
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